Una de las cosas que mas me gustan del esquí de montaña es esquiar sitios diferentes cada día y sobretodo la posibilidad que nos da la nieve de inventar cada día un nuevo camino, las grandes nevadas aumentan exponencialmente las posibilidades de recorrer nuevas rutas sobre nuestros esquís, y son esos días, los que los "enfermos" del esquí ponemos la cabeza a funcionar pensando donde encontrar esas pequeñas joyas, que a veces solamente se pueden disfrutar durante unos pocos días, o incluso horas! cada varios años... la mayoría de las veces, esta "exploración" nos lleva a zonas poco esquiables y con poco espesor de nieve, pero a veces suena la flauta, y son esos días los que mejor recuerdo me dejan, no solo por la esquiada o la belleza del recorrido, sino por la culminación de una idea pensada meses o años atrás que finalmente es llevada a la practica satisfactoriamente.
Seguimos con la mágica semana con la que empezó febrero. Después de las esquiadas en Lantueno y Cieza entre nevadas, el jueves por la tarde parecía que íbamos a tener una buena ventana así que de nuevo, con las horas contadas había que tomar una decisión rápida. Nuestra primera opción era el Navajos saliendo desde la parte superior de Molledo, pero a la cota 350 apenas había nieve así que los ojos se nos fueron hacia el Pico Jano, que se elevaba imponente sobre el valle de Iguña, nevado casi hasta su base, así que nos decidimos por subir hasta la presa de Alsa pero a la salida de Barcena nos encontramos la carretera cortada así que de nuevo nos tocaba cambiar de objetivo. Entonces me acorde de una bajada que hacia tiempo Santi me había comentado que le tenia echado el ojo; "con nieve suficiente tiene que ser un bajadon!!". La montaña de la que me había hablado se trataba de Mondalina, un monte que se eleva sobre el pueblo de Ventorrillo, donde vivió mi familia y donde mi abuelo tantas veces subió a buscar a las cabras. Desde aquella conversación con Santi en cada nevada en cotas bajas pensaba en esa pala, la miraba desde la autovía y la webcam, y había estado esperando el momento en que se dieran las condiciones adecuadas.
Con la carretera de Alsa cerrada y el tiempo se nos echaba encima, era el momento de lanzar la moneda al aire y nos decidimos por intentarlo en Mondalina.
Aparcamos, haciendo sitio a golpe de pala, en el Gorgollon, y andamos 100 metros por el arcén de la N-611, que tanto trafico tuvo antaño y ahora desierta, hasta la desviación a la pista que sube paralela al rio Irbienza, aunque en vez de coger la pista directamente nos desviamos a la izquierda para ir ganando altura a golpe de vuelta maria por el canto. En la parte baja el espesor de nieve aunque era bastante generoso a pesar de estar a solo 550 metros de altura, no era suficiente para dejar la pendiente uniforme, debido a que es una zona bastante sucia, de grandes arbustos y bloques, suficiente para subir foqueando pero de no encontrar una zona mejor, no auguraba una gran bajada. Por contra, las vistas de ir elevándonos sobre el desfiladero creado por el Rio Besaya eran preciosas. La pendiente es fuerte y rápidamente superamos la parte de arbustos para salir a un terreno mas despejado. Al llegar a una zona de rocas, las rodeamos por la derecha y damos vista a la que si que sera con toda seguridad la bajada de hoy, una vaguada con buena pendiente, rellena de nieve que desciende hasta el Rio Irbienza, con una pinta perfecta!!!!
Poco después de las rocas se llega a un llano desde donde vemos lo que nos falta hasta la cumbre. Vemos que desde arriba habría una buena bajada entre arboles hacia el fondo del valle pero unas amenazantes cornisas no dejan lugar a la duda, el descenso mas seguro sera por encima del "lomo". Vamos algo justos de hora, y ademas llegados a este punto se nos meten unas nubes amenazantes, pero las ganas de llegar hasta la parte superior son muy grandes así que decidimos continuar, poniéndonos una hora tope para darnos la vuelta.
Apretamos y llegando a la parte superior se disipan las nubes dejándonos disfrutar de los últimos rayos del sol que se esconde tras la Muela y el Ropero. Ya hemos llegado a nuestra hora limite pero la cima ya esta muy cerca así que resoplando continuamos hasta las heladas rocas que forman la cumbre de esta modesta elevación que hoy a nosotros nos parece la mas grande y la mas bonita!!! Desde arriba vemos el Pico Jano, y buenas esquiadas posibles desde la Peña Lanchero o la Braña de jano, tantos planes y tan poco tiempo...
El sol ya se ha puesto pero todavía tenemos tiempo (justo pero tenemos) para bajar con luz así que disfrutamos el momento. Desde aquí veo Pesquera, Rioseco, Aguayo, Santa Olalla, lugares especiales donde vivió mi familia, de donde vienen mis raíces, y desde esta preciosa atalaya me hacen sentirme cerca de los que ya no están.
Solo con esta ascensión y este atardecer este ya ha sido uno de esos días especiales que pasan al recuerdo, pero todavía queda el descenso, por delante de nosotros mas de 500 metros de desnivel hasta el Rio Irvienza y la nieve esta buena buena!!
Arriba encontramos nieve polvo algo prensada en las zonas venteadas y mas suelta en la pala, pero la sorpresa estaba al final, después de la zona llana tras bajar la primera pala nos metimos en el valle que habíamos visto a la subida, directo hacia el río por buena nieve polvo y pendiente de disfrutar, increíble!!!!
Llegando abajo la nieve ya esta mas pesada, vemos un grupo de corzos cruzar el valle por debajo de nosotros, y llegamos a la pista del rió Irbienza con la ultima luz del día, desde aquí, soltamos taloneras y nos deslizamos a la luz de los frontales hasta la carretera. Ha sido un día muy especial que he disfrutado muchísimo, perfecto por el lugar, la nieve, los recuerdos y la compañía, Pura vida!!!!!!
(Ahh!!queda pendiente repetirla contigo Santi!!
Detras el valle de Pesquera y Rioseco, encima Pabuenzo, La Muela, El Ropero...
Al fondo los Agudos
Valle de Iguña
Cima!!!!!!
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