domingo, 10 de mayo de 2020

Monte Morefreddo 2.770 m, Pragelato, Val Troncea, enero 2020

En el segundo día de nuestro viaje aunque había buena previsión durante la mañana, a partir del mediodía el tiempo empeoraría, entrando nubes por el noroeste, así que cruzamos el Col de Sestriere y nos quedamos a dormir en Pragelato, para madrugar y aprovechar la mañana subiendo al Morefreddo por la Val Troncea.


Iniciamos el día por las pistas de esquí de fondo que desde Pragelato se adentran en La Val Trocea. El día era espectacular, con cielo azul y sin una gota de viento aunque con temperatura muy baja. Cuando llegamos al desvió y comenzamos a subir por las laderas que nos dirigen hacia el Clot de la Soma rápidamente quitamos el frió, ascendiendo por zonas despejadas entre pinos, ganando altura y vistas panorámicas. Al llegar a la parte superior, donde existen restos de una antigua estación de esquí nos dimos cuenta de que el día estaba empezando a cambiar, pero por suerte la zona donde nos encontrábamos parecía que todavía libraría un par de horas así que continuamos hacia la cima, apretando los dientes en las rampas finales que parecían no acabar nunca debido al frió, con temperatura de hasta -8º y una sensación térmica heladora por el viento. Una vez arriba, nos protegimos como pudimos en los restos de construcciones que hay en la cima de una antigua base militar para abrigarnos y prepararnos para el descenso. El cambio de tiempo ya estaba aquí y aunque hoy nos había hecho sufrir un poco, pensamos que estas nubes nos dejarían nieve polvo para seguir disfrutando los días siguientes...
En la bajada encontramos absolutamente de todo, arriba nieve polvo venteada y apretada que se dejaba esquiar bien para huir rápidamente del marrón que se nos venia encima, pero al llegar a la zona de grandes palas abiertas, donde parecía que el viento daba tregua nos encontramos con una incomoda costra, provocada por la congelación de la superficie de la nieve que se había fundido con el sol de la mañana...perdimos altura de la mejor forma que pudimos hasta llegar al bosque, donde gracias a la protección de los arboles pudimos disfrutar de nuevo de buena nieve polvo, no tan abundante y ligera como la del día anterior pero una buena esquiada por nieve suelta que sin duda nos hizo disfrutar y nos dejo con buen sabor de boca. Esta vez llegamos pronto a la furgoneta, y después de comer, con un café y unas galletas campurrianas, sacamos los mapas y comenzamos a estudiar y soñar con planes para los próximos días...


















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